
Ibtissar y Al-Rhazoui, dos chicas musulmanas, hicieron una llamada a través de Facebook para romper el ayuno antes de la puesta del sol como protesta contra el artículo 222, que condena con penas de prisión y una multa a los marroquies que se resisten a la práctica del Ramadán.
Lo que no podía imaginar Ibtissar que es sicóloga,es que sería convocada por la policía judicial, que su iniciativa generaría un debate nacional y que provocaría un cabreo capital que llegaría hasta los pasillos del palacio real.
El desafío consiste en encender un cigarrillo y pegar un mordisco al pecaminoso bocata que debe saber a glora bendita de Allah'.
La chica se enfurece cuando recuerda el estado policial y militar que se organizó en la estación, donde debían hacer este acto,para reprimir cualquier Haram(pecado).
Pero quien es la policía y los militares para meterse en estas cosas tan ímtimas como es el seguir o no seguir las leyes de una religión !
La revolucionaria que apenas se quedó con cuatro gatos que le dieron soporte, tuvo grandes dificultades para poder esquivar a centenares de agentes que mostraban gran tensión y nerviosismo, he aquí el fanatismo que ciega a las personas que no ven ni piensan por si mismas, les han lavado el cerebro desde pequeños y se comportan como fieras que han de seguir a pie juntillas las normas establecidas por una religión dictatorial.
-Quien atente contra la religión islámica está muy enfermo gritó uno de los jefes del dispositivo policial.
-Somos marroquies aunque no ayunemos y no por eso hemos de ser castigados por nuestros propios hermanos, comentó uno de los convocados,Muktafi, estudiante de filosofía.
La convocatoria hubiera hecho aguas si no hubiese sido por la reunión posterior que aquel mismo dia mantuvieron en casa de una de las periodistas. Allí el Ramadán, uno de los cinco pilares del Islam, se hundió.
Se ha creado el Mali, movimiento alternativo por las libertades individuales, hay reuniones a favor del laicismo y la separación estado-iglesia, todo esto irá muy despacio y costará mucho pero se ve que algo está cambiando y esto es bueno, hay que luchar y tienen que estar ahí estas personas valientes para enfrentarse a este monstruo enorme que les priva de lo más importante que es la libertad.